sábado, 4 de mayo de 2013

Hoja de ruta

Nota mental: el autor de este blog se recuerda y exige a sí mismo que se desentiende de dar explicaciones ante una posible alteración en la percepción de las extrañas formas adoptadas en los ámbitos de la lógica, del lenguaje y del comprender mismo que se identifiquen en todos los posts pertenecientes al mismo blog, y censura y denuncia tales actos, de una forma contemplada como legal tal y como lo constituye, de manera imaginaria, la presente ley no escrita imperante en el lugar, que tales censuras no se lleven a cabo por una versión futura de uno mismo que, con ganas de infravalorar con ojo crítico estados de ánimo anteriores, pretenda desvirtuar de forma cruel la "a partir de ahora siempre vigente legitimidad de lo aquí escrito", restringiendo la posible validez de todo lo escrito anteriormente a su "saber del momento". Lo aquí escrito sirve para recordar. Para recordar sobre como el saber es algo cambiante. Para tomar consciencia de su cambio al navegar por la vida. En todo caso, el saber posterior será solo eso, "saber transformado", que no invalidará en ninguno de los casos el poder que sin duda tiene o tendrá algun dia lo revisado como "saber" en "este ahora".
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Sorpresa para mi: se obra un milagro que resulta, "a priori", irresoluble. Pero me digo: "eres valiente" y me convenzo de tratar de comprenderlo.Voy a resolverlo, a mi manera, con mi hacer. Hablo de mí, nada más que de mi. De partes de mi, que algun dia conformaran todo el "mi". Recuerdo que esto no es más que un juego. No hay jueces dogmáticos del saber, limitadores de lo que es o no es válido. No hay más regla que el ansia de aventura de no se sabe bien el qué, pero que inevitablemente ha de tratarse de algo grandioso. Este es el último reducto al que uno puede acudir. No está todo perdido. Pero, ¿Cual es el milagro?

La consciencia de un hecho: primero, nada. Pero, de repente, algo. Donde no habia nada, hay algo. Surge una necesidad: necesidad de saber el porqué.

¿Como se pasa, misteriosamente, de nada a algo? Creo que por sí solo es imposible. Debe haber alguna consciencia, interna o externa, mejor dicho intrínseca o extrínseca, que lo permita. ¿Es una nada en sí misma, un algo en sí mismo, reconocidos internamente por ellos mismos como su ser como tal, que tienen consciencia de sí y se autoreconocen así tal cual? ¿Es una nada o un algo que nace a partir de una toma de consciencia externa de su realidad como "nada" o "algo" respectivamente, y de una identificación de los mismos como tal por parte de agentes externos a ellos mismos? Entonces, si algo así de raro ocurre, esta nada, en el caso que le corresponde, necesariamente deberia ser algo ya previo, de alguna especie de rara forma que no logro comprender, pues ya "es" algo al "ser" nada: "es" nada. Si la "nada", como tal, en algun momento pasa a ser entendida y reconocida, por ella misma o por otros, como "algo", se sucede una transformación o, por el contrario, ya debe serlo antes de ser algo al ser pensada y reconocida por sí misma como tal o al ser pensada y reconocida por otros como tal?. Huyo del bucle infinito que lleva al delirio paranoide. Simplifico: primero, nada; luego, algo. En un sentido albertamente temporal, como un proceso que se sucede sin más en un dos momentos de tiempo dados: en un sentido llano, campechano, poco académico, no metafísico, y punto.

Se trata, pues, de una "nada" que se menifiesta en un sentido de consciencia de sí misma o por parte de otros. Yo me inclino a pensar que de un tipo muy variado de consciencia que incluye ambos tipos de consciencia y todos aquellos habidos y por haber, que resulta claustrofóbico, asfixiante, desesperante: multiposibilitatorio, en el sentido de que puede tener muchas causas de existencia al ser reconocida como tal de la forma que cada uno quiera. Nada, pues, simplemente. Nada pura. Y ante nada, pues nada. Nada, Albert. Y se me revela una gran verdad: de la nada viene el nadar. Entiendo que nadar "a la deriva" (el que nada en la nada). Pero en "algo" también se puede nadar, no se nada solamente en la nada, y resulta gratificante pensar que así es posible, ya que se toma consciencia más facilmente de ese algo de una forma más sencilla al ser "algo", sobretodo para mentes tan limítrofes como la mia, pues se identifica más facilmente al estar nadando "en algo" y no en nada. Así, se une la nada, que viene del nadar, con el algo, y se acaba el problema. Quizá también haya consciencia fácilmente identificable del nadar en la nada, pero no me interesa, huyo de nuevo, soy un experto huidor de lo que no me interesa: ha de haber algo: aunque la natación en la nada sea algo en sí mismo o para otros no me interesa pensar en eso, no por el momento. No, por favor. No es así como quiero encontrar el sentido de algo que nace de la nada (nadeando o "nadando").

Pensar en "algo", que implique previa o posteriormente a la nada como nadar, pues... Lo primero que pienso cuando pienso en "algo" es en la vida misma, y qué se me da inmediatamente después de pensar en la vida... La inmensidad. Mezclo conceptos, porque sí, venga: Inmensidad de la vida. Otro pensamiento aleatorio: "yo" "en" "ella", entrecomillado para denotar la complejidad de la expesión, en muchas de las posibles manifestaciones del sujeto, del estar, de la vida. Éste será nexo que los unirá a todos: la reflexión. Pero, ¿la reflexión de qué? Pues la "reflexión de la inmensidad de la vida por parte de este yo que se encuentra al mismo tiempo en y fuera de ella", como un ser que es "algo que nada". Ya está casi todo. Este es el objetivo, y aquí surge el milagro: de la nada he creado algo, un proyecto anteriormente inexistente. La misma necesidad de saber un porqué ha creado otra necesidad de oro porqué. Me he liberado o me he aprisionado. Empezamos bien, Albert.

De procesos trata este asunto, me recuerdo. De la comprensión de ellos, concretamente. No de descubrir verdades absolutas, sino solo describir procesos humanos. Procesos mios, cambiantes, en continua evolución... procesos de un humano ¿demasiado humano? ¿demasiado poco humanizado? (Nietzche, martilléame, son las seis de la madrugada, hazme dormirme de un mazazo); procesos de un "yo" humano frente al reto de una vida cuya comprensión resulta, a dia de hoy, tarea de una magnitud inabarcable, una empresa inacabable, una empresa de una dificultad inmensa. No me preocupa: no hay un límite marcado, ni una meta establecida, ni una regla aceptada para ello. Como me digo, no se busca nada que no se sepa ya. Se descubre o redescubre, y sino se inventa o se crea. Y otro dia ya redescubriré, pero hoy (y espero que casi siempre) me apetece crear "algo".

Empezaré por una metáfora sencilla: mi vida como la mar, inmensas por igual; yo como un humano/náufrago frente a ellas dos, la vida y la mar. El oceano de la vida, la inmensidad del mar, mi yo actual como un náufrago, como algo que nada "en" y, al mismo tiempo, "fuera de" otro algo a parte de mi, que es la vida, con sus inmensas comprensiones multiposibilitatorias. Si de comprensión se trata, pues yo simbolizo para simplificar, yo propongo mi inexistencia de reglas: no es que tenga que ser así, me exijo a mi mismo que sea así, me hablo a mi mismo sobre comprender y entiendo que debe ser así y no de otra manera, puesto que de otra manera no seria autentica y genuinamente "mi" forma de comprender.

En cierto momento, uno toma consciencia de la vida como una especie de oceano inmenso, porque lo ve así o le apetece verlo así, no porque sea así (recuerda, en el fondo todo consiste en una toma de consciencia de algo, en intencionalidad con respecto a algo, en tener una percepción sobre algo, en la voluntad de querer ver algo...) sino porque cuya comprensión se le da de la misma forma instintiva como al náufrago se le da en su situación, incluso antes de ser plenamente consciente de su situación, y me pregunto a mi mismo: qué es lo que busca el humano/náufrago perdido en la inmensidad de la vida/mar? Un sustento, algo a lo que agarrarse, algo que le de una perspectiva no de apoyo no en "nada", no de "hacia nada", sino de "algo", de "hacia algo" incierto y desconocido pero al fin y al cabo "algo", pero antes de encontrar un algo más lejano hay que agarrarse a algo más cercano, algo... no necesariamente sólido, ni físico, ni esponjoso, ni tridimensional. Algo como un blog, algo como esto: mi flotador.

Necesito a mi flotador tanto como él me necesita a mi. Lo he creado yo mismo, y lo he hecho a partir la nada. Se ha obrado el milagro: hay algo donde antes habia nada. ¿Existía el no-blog antes del blog? Sus existencias son simultáneas. El blog posibilita la existencia del no-blog, pues el no-blog encuentra su contrario en el blog y viceversa: en el momento de existir uno, posibilita la existencia de su antagónico. Es decir: antes de ser "algo" (un blog) este blog no era nada. La "nada" bloggil, el no-blog, surge del blog. Ya no solo creo "algo", sino que también creo "nada": el blog y el no-blog. Me descubro a mi mismo como un ser realmente poderoso a nivel creacional, con una potencialidad oculta para crear de la nada algo, para crear nada y para crear algo, incluso para no crear nada de ninguna manera (me quedo parado enfrente del ordenador, no escribo, no pasa nada, creo nada, soy poderoso) y me sorprendo a mi mismo viéndome capaz de crear algo de la nada aunque sea en sí mismo un "sin sentido" destinado a no ser nada para nadie más que para sí mismo, dando así sentido a su condición, y para mí, el creador. Y es en este sentido que existe lo inexistente a partir de lo existente, y veo que es bueno, y lo dejo proliferar y campar a sus anchas. Me proclamo a mi mismo amo y señor total, anárquico y caótico, de este espacio, pues necesito tener mi propio reino, mis propias reglas, ser mi propio Dios y gobernarme a mi mismo y a todas mis tierras con toda la amabilidad y crueldad de la que disponga, tanto como me amo y odio a mi mismo. Yo creo lo que es mi vida, mi inmensidad, yo soy mi causa, y este es mi flotador. Juntos, nadaremos ante este mundo poblado de desconocida y problemática inmensidad, fruto de mi capacidad de creación constante sobre mi mismo y mi devenir. O quizá sea todo esto lo que me está creando a mi. Huyo del bucle...

Este será mi sustento. No es el único que tengo, pero es el que elijo dada la necesidad de sustento. Aquí acudiré cuando la necesidad apremie, cuando esté perdido física, mental, espiritualmente o en una explosiva combinación de todas ellas ante la inmensidad e incertidumbre de la mar vital, iremos nadando felizmente en la nada, de algo en algo hacia la nada, que acabará siendo otro algo, o quizá no sea nada más que nada pura. Así, la nada podría llegar a ser algo, aunque ya lo haya sido antes de no serlo, o quizá nada de esto tenga ningún sentido en absoluto, se mire por donde se mire. No importa. ¿Y qué es lo que importa? Pues nada, y al mismo tiempo algo, que puede convertirse en todo. La "alguedad" es, bajo mi punto de vista, mejor que la "nadedad" en un sentido interno mio, si lo que se busca es una totalidad del tipo que sea.

Bienvenida seas, bendita y maldita creación. Estás aquí con el objetivo de guiarme y ayudarme en mi navegación por la inmensidad de la vida. Cuando pueda vendré a ponerte parches y remiendos. No te hundas, pues yo no lo haré. Y si lo haces, te daré las gracias de todo corazón, o me las daré a mi mismo, y nadaré, nadaré hasta que las fuerzas me lo permitan, y buscaré más flotadores...


A K.F.V. por ser la primera revelación

No hay comentarios:

Publicar un comentario